El
papel que la educación artística desempeña en la creación de
competencias para la vida de
los jóvenes en el siglo XXI ha sido ampliamente reconocido en el
ámbito europeo. En los últimos años, las organizaciones
internacionales han mostrado un creciente interés hacia la educación
artística.
En
Europa se han producido avances políticos importantes, los cuales
han influenciado en la educación artística y cultural, ya que en
1995, el Consejo de Europa, lanzó un ambicioso proyecto centrado en
Cultura,
Creatividad y los Jóvenes
que examinaba la oferta de educación artística en los centros
educativos de los Estados miembros, así como la participación de
artistas profesionales y la disponibilidad de actividades
extracurriculares.
Este
informe, se organiza en cinco capítulos esenciales y principales:
El
primer capítulo, examina las metas y los objetivos del currículo de
educación artística y cultural, describe los distintos niveles de
competencia sobre la elaboración del currículo y presenta las
principales metas y objetivos de aprendizaje definidos en los
distintos países europeos.
Matiza
que la educación artística está sometida a una presión cada vez
más fuerte para que se cumpla una diversidad de objetivos y por
ello, los sistemas educativos reconocen cada vez más, la importancia
de desarrollar la creatividad de los niños y de contribuir a la
educación cultural. En la mayoría de los países se pretende que la
educación artística influya a nivel personal y sociocultural, así
como en la confianza, la autoestima, la expresión individual o el
trabajo en equipo de los alumnos del aula.
El
segundo capítulo, fundamenta
los aspectos organizativos del currículo de educación artística en
los distintos países europeos, abordando la importante cuestión
acerca de si las materias artísticas son obligatorias u optativas y
fundamentando las horas lectivas dedicadas a dicha área de
aprendizaje.
El
tercer capítulo, describe las diversas iniciativas y recomendaciones
para el desarrollo de la educación artística y cultural en los
países europeos, presentando por ejemplo información sobre
proyectos para desarrollar el uso de las TIC en el aula o la creación
de celebraciones y concursos de naturaleza artística.
Respecto
al capítulo 4,
se centra en la evaluación de los alumnos en las materias artísticas
y en la supervisión de la calidad de la enseñanza artística.
Además, también incluye estrategias de apoyo para los alumnos cuyos
resultados de evaluación indican niveles especialmente altos o bajos
en materias artísticas.
Por
último en el
capítulo quinto se examina la formación de los docentes en la
educación artística y cultural, describiendo y comparando de forma
breve el nivel de especialización y la formación del profesorado de
materias artísticas en Europa.
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