lunes, 23 de abril de 2012

Tema 2: Códigos visuales y la importancia de la imagen





El autor Umberto Eco, con algunos de los capítulos de su libro, quiere  enseñarnos las cualidades de la imagen: representación, simbolización y abstracción.
En la introducción del libro, podemos ver como el autor afirma, que "lo bueno para nosotros, es lo que nos gustaría tener" y por otro lado, que la belleza es algo de lo que disfrutamos por lo que es en sí mismo. De esta forma, si fuera nuestro algo bello seríamos felices, aunque como el autor señala, es importante no confundir el significado de belleza con el de deseo.
También por el paso de los años, se ha establecido una relación en la belleza del arte, por ello se creó el significado de “bellas artes” para de esta forma poder diferenciar la pintura y arquitectura, de la artesanía. Aunque el autor afirma, que la belleza es conocida gracias a los artistas (poetas, novelistas), que escribieron su opinión sobre lo que a su parecer era bello, únicamente fue San Bernardo el que recogió que en Occidente, en el siglo XII la representación de los monstruos era bella, al igual que para las ciudades primitivas, era bello las mascaras, los graffitis.


El autor finaliza la introducción señalando que en la actualidad, la finalidad de los documentos no es artística, sino es entretener al espectador. Y como las grandes obras de arte, se igualaban a documentos sin tanto valor estético, para comprobar el ideario de belleza de la época, mediante las diferencias de las distintas obras.
Por otro lado, en el capítulo 16 “De las formas abstractas a la profundidad de la materia”, el autor aclara que el arte contemporáneo fue el que descubrió el poder que tiene la materia, al ser una fuente de inspiración, al verse  como un fin, y como un objeto de discurso: las manchas, los goteos, las grietas, debido a que se puede considerar pintura informal, al recibir la obra el nombre del material, para que las personas las observen con ojos más sensibles.
El autor define “objet trouvé”, a las esculturas que son objetos de la vida cotidiana, únicamente que éste tiene la finalidad de provocar al espectador. Porque muchas veces de un objeto inútil para nosotros, puede hacerse una obra, esta es la "técnica refinada". Entonces podemos ver una crítica del artista, al mundo industrializado. Así se crea la “estética de los fractales”, una textura invisible a la percepción del hombre.


Y en el capítulo 17 “La belleza de los media”, el autor cuenta la controversia entre la belleza de la provocación y la del consumo.
En cuanto al arte vanguardista, lucha por cambiar los cánones de belleza establecidos por los medios de masas. Es de carácter mistérico, por las experiencias vividas de las personas.
Por último, el autor nos habla de la publicidad, y nos aclara que también el dibujo se ha adaptado a la estética dominante de la época, criticando que el arte culto esté establecido en un ambiente postmoderno. Ya es a partir del siglo XX,  cuando existe un politeísmo de la belleza, por ello afirma que no ser podrá distinguir en un futuro, el ideal estético de la época.

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